Chikyu-jo no Kami.
Capitulo 2: A quien busco.
– ¡Oye Sasuke! - Grita un muchacho de cabello blanco – Te mande en una misión de reconocimiento no para que jugaras con el Inugami (1) – se acercó al aludido junto con otro joven de cabello anaranjado un poco más alto.
– Primero que nada, tu a mi no me ordenas nada – refiriéndose a Suigetsu de manera soberbia y fría – y segundo ese tonto se interpuso en mi camino – hablaba mientras se dirigía por un gran pasillo al centro de la mansión en la que se encontraban.
Se detuvo frente a una enorme puerta y cuando se dispuso a ingresar Suigetsu lo detuvo nuevamente – Pero Sasuke, ¿lograste identificarlo?
– Ahh que molesto - ya empezando a irritarse - eso a ti no te incumbe – Ingresando finalmente y cerrando la puerta tras de sí.
– Suigetsu no te involucres, Sasuke-sama debe informar primero a Obito-sama – dijo finamente Juugo con la intención de apaciguar la cólera de su acompañante.
– Si tienes razón, ya vámonos quiero volver a mi estanque – tomando la dirección opuesta a la del azabache se dirigieron a la salida.
Sasuke se encontraba en una gran habitación oscura y justo frente a él una mesa rectangular de gran longitud con solo una silla en la cabecera, una voz proveniente de la silla le hablo – Dime Sasuke, ¿cómo te fue? – un hombre de cabello negro y corto era quien se dirigía al azabache y éste ignorando el aura oscura que provenía del sujeto le respondió.
– No pude continuar con la investigación por la intromisión del Inugami.
– Oh ya veo – dijo mientras posaba su mirada en el brazo derecho de Sasuke – Tal parece que te han herido – más que pregunta era una aseveración, Obito empezó a acercarse llegando a un haz de luz que además de darle un toque terrorífico por el brillo rojo en sus ojos, mostraba una gran cicatriz que le cubría la mitad del rostro.
– Si, pero es superficial, prácticamente ya sano – dijo haciendo lo posible por evitar el contacto, después de todo la esencia del humano aun seguía en la herida.
– No podía esperar menos de ti Sasuke, aunque hay un aroma extraño – Dijo mirando fijamente la expresión del muchacho buscando vacilación – ¿A qué podría deberse?
Sasuke sin mostrar duda en su semblante respondió – Cada vez que paso a la tierra, vuelvo apestando a Ningen (2) – y en ningún momento desvió la vista de los ojos escrutadores del moreno que tenía frente suyo.
Ya caminando de vuelta para sentarse nuevamente – si eso debe ser, aunque por un momento se sintió un aroma singular, algo acaramelado por así decirlo.
El azabache no pudo evitar recordar los orbes azules con las que se encontró cuando recuperó la conciencia en la rivera del río, pero algo le decía que debía proteger al dueño de tales ojos – ¿De verdad? Para mi todos los Ningen apestan por igual – Dijo dándole un aire despreocupado a su respuesta.
– Por otro lado, ¿qué se supone que estoy buscando? – Sasuke cambió de tema esperando dejar de lado el asunto del humano – Me das una misión de búsqueda, pero en realidad no me das ninguna información – sonaba exasperado.
– Pues ya podemos descartar esa zona de la ciudad – Decía mientras el joven lo miraba interrogante – Debido a que alguien tan capaz como tú, se hubiese percatado de una presencia fuera de lo común aun sin saber que buscabas.
– Entonces ¿buscamos a un humano? – Pregunto ya sorprendido y con algunas sospechas, mientras observaba como el moreno se servía una copa de lo que parecía un líquido denso y de olor carmesí.
– Ya no es necesario que te preocupes por eso – bebió el contenido de la copa – mandare a otros en su búsqueda, retírate – dijo finalmente y Sasuke aunque estaba lleno de interrogantes noto que el ambiente no era propicio y sin más se apresuró a salir de la gran habitación, no sin antes realizar una reverencia.
– Naruto Uzumaki – se repetía una y otra vez – Definitivamente no es un humano común – tocándose el vestigio de la herida que ya a esas alturas estaba totalmente sanada – También es a quien Obito busca, pero ¿por qué? – Entonces vino a su cabeza la imagen del rubio, su cara, el color de su piel, sus ojos, sus labios, pero rápidamente quiso quitar esas imágenes, no entendía porque se sentía tan perturbado al recordarlo, un sonrojo se posó en sus mejillas y este al notarlo tomó su cabeza con ambas manos y empezó a sobarsela, desordenando levemente su cabello.
– ¿Por qué le dije mi nombre? Y ¿por qué no le informé a Obito?... ahhh es tan confuso – Luchaba con su fuero interno cuando fue sacado de sus cavilaciones por el saludo de un joven un poco más alto que el, con cabello negro y dos marcas que se asemejaban las ojeras en un humano común y corriente.
– ¿Itachi? ¿Qué haces aquí? – Sorprendido de ver a su hermano, después de todo este se encontraba en una misión fuera de la zona, se detuvieron en el pasillo a conversar.
– Obito-sama pidió a kamaitachi (3) para una misión especial.
– Sera que Obito lo necesita para capturar a Naruto – Al pensar en ese nombre no pudo evitar avergonzarse y se reprochaba a síi mismo por pasar tanto tiempo pensando en ese humano – que me importa para que lo quiera el Kishin (4).
– De acuerdo nos vemos luego – al momento de decir eso tomo dirección hacia la salida, pero fue detenido por la voz de Itachi que lo llamaba.
– Ototo ten cuidado con lo que piensas hacer – Una vez dicho esto siguió su camino y Sasuke muy sorprendido y avergonzado solo atino a seguir el camino que llevaba.
Una vez fuera del gran templo – Itachi siempre logra ver a través de mis intenciones… ¡¡Ahh que molesto!! – Dijo irritado y consiguió asustar a una chica de cabello rojo que lo siguió desde el mismo momento en que ingresó al templo.
– Karin ¿qué es lo que quieres? – La muchacha un poco apenada por haber sido descubierta se dirigió a él intentando ocultar el sonrojo con sus lentes.
– oh Sasuke-sama ¿cómo le fue en su misión? – intento parecer casual, pero de nada funcionaba ya que él sabía que siempre lo estaba mirando y aunque hace mucho tiempo ya le había cortado cualquier esperanza a alguna clase de encuentro amoroso entre ellos, ella no desistía.
– Bien, como siempre – Dijo Sasuke intentando vagamente no sonar irritado y soberbio.
En ese momento pronunció algunas palabras e inmediatamente un círculo se formó bajo sus pies, ella sorprendida le dijo – Sasuke-sama su habitación esta lista, ¿no irá a descansar?
Mirándola fijamente le hablo – El Kishin me ha dado libertad de acción – y sin más desapareció entre la nube densa y oscura, pero a dónde se dirige?
– Naruto otra vez huyendo del instituto – Tenía una de sus manos detrás de su cabeza y reía mientras intentaba explicar lo inexplicable a sus amigos.
Mientras Sakura lo regañaba por quinta vez, Hinata le proponía prestarle los apuntes de la clase a la que había faltado y Neji refiriéndose a esta última le explicaba lo inútil que sería hacer tal cosa considerando que el rubio era conocido por nunca tomar apuntes ni prestar atención en clases.
– Tienes razón Neji, para Naruto es lo mismo estar o no en clases – dijo divertido Choji, provocando la risa del grupo.
Su excéntrico grupo de amigos provocaba en Naruto un sentido de pertenencia y al mismo tiempo le infundía confianza y serenidad. Tenía la idea de que sus amigos eran similares a él, quizás no tan extraños, pero si tenían algo “raro”, nunca quiso preguntar y la verdad es que así se sentía cómodo.
Llegada la hora de almuerzo, cuando todo el grupo se juntó, pudo notar la ausencia de uno de sus miembros – Neee Sakura, ¿donde está Kiba? – Se dirigió a su amiga de cabello rosa.
Ella un tanto sorprendida por la pregunta respondió luego de pensar un momento – Probablemente aparezca pronto – Le dijo sonriendo.
En ese momento ingresó al salón un joven de cabello castaño y con unas marcas en el rostro que se asemejan a triángulos invertidos de color rojo. Acercándose y saludando al grupo, al momento de saludar a Naruto con el clásico choque de puños, este sintió algo extraño e inmediatamente vino a su mente la imagen del perro gigante de esa mañana, pero por qué?
– Oye Kiba… ¿por qué no estabas en la mañana? ¿Creí verte en el primer bloque de clases? – dijo el rubio con una extraña sensación en el pecho.
De pronto el grupo guardó silencio, algo que sorprendió un poco a Naruto, ¿pero qué diablos pasaba? Luego de un breve momento el castaño le sonrió y dijo – Lo que comí esta mañana me cayó fatal – contaba al grupo mientras reía – He pasado todo este tiempo en la enfermería.
– Eso pasa porque eres un glotón – Dijo Ino provocando la risa del grupo, lo que hizo que el ambiente volviese a la normalidad, aunque Naruto aun se sentía extrañado por la actitud de sus amigos decidió ignorar el hecho por el momento.
Jiraiya se encontraba bebiendo su quinta botella de sake cuando un extraño sentimiento lo inundó – Tal parece que las cosas se complicaron – decía en voz alta como si le hablara a alguien, pero se encontraba solo en el templo – Cada vez están más cerca de encontrarlo – tomó un pequeño sorbo y se dirigió a una puerta con un candado. Siempre le prohibió a Naruto entrar allí, por eso la habitación estaba llena de tierra y polvo ya que él jamás limpiaba.
Tomo una caja y la abrió – Esto es prueba que se ha encontrado con él – Tomó la esfera que alternadamente tomaba un color blanco y pasaba a uno rojo – cerró los ojos y finalmente pronunció – Oh Kami espero que todo salga bien.
(1) Inugami: Demonio tipo Henge con forma de perro.
(2) Ningen: Humano. Aquí lo tomo como una referencia despectiva a la condición humana.
(3) Kamaitachi: Espíritu del viento, con una velocidad extraordinaria y que siempre va armado con una hoz.
(4) Kishin: Dios Demonio
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