Chikyu-jo no Kami.
Capitulo 1: El primer encuentro.
– El día esta muy caluroso- Un joven alto, de tez canela y de aproximados 15 años suspira y pasa por su frente su brazo, intentando quitar un poco del sudor acumulado, un reflejo de los rayos del sol apunta sobre su collar que posee una piedra de color verde en el centro – Aunque no debería sorprenderme después de todo esta área es conocida por su clima – mientras barre las hojas y el polvo acumulados en el suelo de cemento.
– Neee Naruto ¿ya acabaste? – El llamado de aquel monje distrae al joven de su tarea.
– Ahhh Ero-sennin ¡ya despertaste! – Animado el rubio de cabello alborotado empieza a acercarse con una sonrisa amplia sobre su rostro, ahora esta lo suficientemente cerca para recibir un puñetazo en la cabeza por parte del hombre de cabellos largo y blancos con traje de monje al que se refería.
– Maldito, cuantas veces debo decirte que me digas Hoshi-sama (1) – Sujetó a Naruto de la túnica y lo levantó de tal forma que quedaron frente a frente y le siguió recriminando la actitud poco honorable que tenia hacia un mensajero de Kami en la tierra, sin embargo Naruto no pudo evitar llevar sus manos a su rostro específicamente a su nariz. – Aghh – Dijo desviando su cara – ¡Como esperas que diga algo así, cuando tu aliento apesta a sake!.
Al escuchar esto Jiraiya lo soltó y posó su mano sobre su boca, exhaló y sintió el aroma, Naruto no mentía, aunque el olor solo consiguió aumentar sus ganas por seguir tomando sake.
– Como sea mocoso, ya es hora que te alistes o llegaras tarde – dándole la espalda al muchacho mientras este veía la hora en su reloj de muñeca – Maldición!, tienes razón.
No maldigas en el templo! – Escucho como le gritaba el monje desde la otra habitación. Sacando la lengua socarronamente se dispuso a ir a su habitación y una vez allí empezó a desvestirse, dejo ordenadamente su túnica del templo a los pies de su cama y tomó el uniforme escolar, colocándolo de manera desordenada, pensando como seria que lo regañaría su amiga Sakura hoy, si por el retraso o por lo indecente de su atuendo.
Mientras bajaba corriendo por las escaleras del templo noto un pequeño bulto blanco entre los escalones, decidió acercarse y vio como el pequeño “cuerpo” se movía, dirigió una mano para poder tocarlo, pero se percató que la criatura se asustó.
– No te preocupes no te haré daño – acercó únicamente su mano y la criatura inmediatamente cambió su actitud, Naruto logró tomarla con sus manos y le habló.
– Dime te caíste de uno de estos árboles ¿no? – miró hacia su alrededor y vio cómo de pronto estaba rodeado de criaturas similares a la que tenía ahora en su regazo – Mmm tal parece que todos están preocupados, creo que te dejaré por aquí –Delicadamente lo depositó sobre la rama de un árbol para ahora retroceder y seguir su camino, pero sus planes se vieron truncados debido a que las demás criaturas lo rodearon, ahora si que no podría escapar de la reprimenda que le daría la Oba-chan cuando llegase al instituto.
– ehh ¿podrían dejarme pasar? – Les hablo pero no recibió respuesta, o más bien la respuesta que obtuvo fueron muchas miradas penetrantes llenas de cariño y admiración, con las cuales Naruto no podía lidiar – ¿Ahora ya no me temen? – Y como resultado a su pregunta muchos de esos “seres” se colgaron de sus piernas abrazándolo – Me alegro, después de todo me gustan los Kodamas (2) –
Empezaron a celebrar por las palabras del rubio y este aprovechando el momento se escabullo y continuó con su carrera.
Mientras corría por la ciudad observaba cada árbol que se atravesaba en su camino, en todos y cada uno había varios Kodamas algunos durmiendo y otros jugando, a pesar de temer por su seguridad por el regaño que recibiría por parte de la directora del instituto, Tsunade, compartir con esas criaturas realmente le traía paz y alegría.
Hace años atrás logró darse cuenta que ver ese tipo de criaturas no era algo que la gente “normal” hacia, pero eso ya no le importaba, le resultaban tan fascinantes que podía pasar horas viéndolos jugar en los árboles del bosque que colindaba al templo.
– ¡¡Naruto hasta cuando debemos soportar tu idiotez!! – Gritaba Tsunade mientras llevaba a Naruto de la oreja hacia su salón de clases.
– Ahhh Tsunade oba-chan no tires tan fuerte – Al momento de decirlo ya lo había soltado y a empujones lo metió en el salón – Kabuto-sensei aquí le traigo a este baka – Naruto se iba a voltear para recriminarle el insulto, pero ya la puerta había sido cerrada de un portazo – Naruto-kun toma asiento – dijo el sensei acomodándose los anteojos y siguiendo con la clase, después de todo ese teatro era de todas las mañanas.
El asiento que Naruto ocupaba se encontraba al final del salón y justo a un lado de la ventana, ese era el lugar favorito para el rubio pues allí podía darle rienda suelta a sus pensamientos, mientras observaba como los Kodamas jugaban en los árboles del instituto.
No entendía el por que lograba ver a criaturas o seres desde tan pequeño, lo que si sabía que sus favoritos eran los que habitaban en los árboles, esos específicamente tenían una muy buena disposición a que Naruto se les acercara, por lo demás los venía viendo a ellos y a otros seres desde que tiene el uso de la razón, y aunque Jiraiya podía ser la persona indicada para hablar de lo que le pasaba nunca lo comento con este ni con nadie, ya que varios problemas le había traído ese “don” que poseía, de mala manera logro entender que su secreto no sería bien recibido por las personas “normales”.
Una sombra negra y grande que pasó frente a la ventana lo sacó de sus memorias y noto que era como un gato, sintió una fuerte presión en su pecho, pero decidió ignorarla, el animal era más parecido a una pantera por el tamaño, rápidamente se movía de árbol en árbol y entendió que no se trataba de un animal común y corriente, después de todo nadie se percataba del hecho, además de que el animal tenía una velocidad que le costaba seguir.
Intentando poner más atención a los movimientos del gato logró notar que estaba siendo perseguido por un perro prácticamente del mismo tamaño y que se movía igual de rápido por las copas de los árboles.
– ¿Qué pasa? Generalmente estos “animales” no hacen este tipo de cosas en zonas pobladas – En un momento logro notar como el perro mordió una de las patas delanteras del neko y este gruño fuertemente.
El gruñido de la pantera provocó que Naruto se levantó abruptamente de su asiento y saliera corriendo del salón de clases, ante la mirada atónita de sus compañeros de clases y su maestro.
A medida que corría tras los animales, invisibles para todas las personas, se dio cuenta que la intención de la pantera era mover la pelea lejos de una zona muy poblada, porque aunque no eran vistos el medio en el que se encontraban si corría riesgo de verse afectado por la confrontación.
Llegaron a la ladera del río y allí la pantera dejo de correr para enfrentarse a su rival, Naruto decidió solo quedar como espectador pues podría resultar herido si se metía en medio del conflicto.
A pesar que la pantera presentaba una herida en una de sus patas, se notaba la superioridad en cuanto a nivel de poder y agilidad por sobre el perro, cuando el neko tenía dominada la confrontación decidió dar el golpe final, junto en su hocico una bola de fuego negro y estaba listo para lanzarselo a su rival, sin embargo en ese momento flaqueo por el dolor que le ocasionó la herida y el perro utilizó este desliz para huir en una nube densa y blanca.
Naruto al ver que la pelea había terminado decidió acercarse lentamente hacia donde se encontraba la pantera de dos colas que exhausta cayó sobre su patas, al momento de perder la conciencia una nube negra la cubrió y cuando se desvaneció dejó a la luz un joven de tez blanca como la nieve y cabello azabache, el cual vestía una yukata negra y una katana en su costado.
Cuando Naruto logra acercarse lo suficiente pudo ver que la herida ocasionada por el perro seguía en el cuerpo del muchacho, específicamente en su brazo derecho, lo volteo para dejarlo recostado con el rostro hacia el rubio y éste observó su cara anonadado, nunca había visto a alguien tan guapo – ahhh pero que estoy pensando – Movió la cabeza en un intento por descartar ese pensamiento. Acerco sus manos a la herida tratando de detener la hemorragia, pero en ese preciso momento de él emergió un fuego anaranjado y su gargantilla verde cambio a color rojo, el rubio sorprendido quito sus manos inmediatamente y pudo ver como la herida del azabache sanaba.
– ¡Pero qué diablos! – dijo sorprendido aunque luego se regaño así mismo por ser tan idiota, claro que el joven-pantera-neko podría sanarse a el mismo quitándole algo de energía a él, después de todo era un demonio o algo semejante. Volvió a colocar sus manos en la herida y poco a poco el muchacho de yukata negra recobró la conciencia.
Abrió los ojos y se encontró con unos orbes tan azules, más que el cielo mismo, observándolo detenidamente, mientras que Naruto se sorprendió por lo oscuro y profundos que parecían los ojos del neko. Ambos permanecieron absortos en los ojos del otro, pues nunca había visto semejante intensidad, hasta que la pregunta de Naruto saco a ambos del trance
– ¿Qué eres? – Ante tal cuestionamiento el moreno se paró rápidamente y noto que su brazo no tenía ninguna herida, con una mirada escrutadora observó nuevamente al rubio para finalmente decir algo de forma inaudible e inmediatamente bajo sus pies se formó un círculo con letras y símbolos que Naruto no logro entender.
– Espera dime tu nombre – pidió el rubio, pero no recibió ninguna respuesta.
– Mi nombre es Uzumaki Naruto – dijo finalmente ya que no recibía ninguna reacción del moreno más que la intensa mirada que no le despegaba en ningún momento.
La densa neblina negra cubrió casi completamente al azabache y antes de desvanecerse le dedicó una sola palabra al muchacho de ojos azules.
– Sasuke –
(1) Hoshi-Sama: Su Excelencia.
(2) Kodama: En la mitología japonesa ellos habitan en los bosques y se sabe que se disgustan ante aquellos que no tienen cuidado ni respeto por el medio ambiente.
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