Titulo: La mejor fiesta del año
Clasificación: Todos los publicos
Categoría: NARUTO
Personajes: Naruto, Sasuke
Generos: AU, Humor, Romántico
Advertencias: No
Resumen:
Haruno Sakura y Uzumaki Naruto planean una fiesta de cumpleaños, pero no es una fiesta cualquiera, ellos desean que sea la más épica del año, de la cual el alumnado no deje de hablar por semanas.
Pero a Sasuke no le interesa la fiesta, el solo quiere disfrutar del regalo que Naruto le va a entregar.
¿Interesados?
Pasen a leer !! :3
¡Feliz cumpleaños Sasuke!
Haruno Sakura y Uzumaki Naruto planean una fiesta de cumpleaños, pero no es una fiesta cualquiera, ellos desean que sea la más épica del año, de la cual el alumnado no deje de hablar por semanas.
Pero a Sasuke no le interesa la fiesta, el solo quiere disfrutar del regalo que Naruto le va a entregar.
¿Interesados?
Pasen a leer !! :3
¡Feliz cumpleaños Sasuke!
Capitulo único. Sabor Naranja
13 de Julio y todos sabían lo que se venía. La fiesta de cumpleaños de Sasuke Uchiha.
Sakura Haruno junto a Naruto Uzumaki, los mejores amigos del azabache de ensueño, tenían la tarea de planear una fiesta que estuviera a la altura del apellido Uchiha.
– No quiero ninguna fiesta – La aprobación de Sasuke no se hizo esperar.
– Te dije que el teme es un amargado – los comentarios del rubio solo hacían más difícil conseguir el objetivo de la joven.
– Pero Sasuke-kun es tu cumpleaños 17 – juntó ambas manos suplicantes – y te prometo que yo y Naruto limpiaremos todo – los reclamos del otro fueron monumentalmente ignorados.
– Como sea – dijo el otro después de meditarlo un poco y eso fue suficiente para Sakura, de los años que lo conocía, serian unos 13, sabía que en idioma Uchiha eso era un si.
De inmediato tomó a Naruto del brazo y lo arrastró hasta un lugar apartado, debían planear todo, ¿dónde será?, ¿quién irá?, ¿qué comerán?, ¿llevarán algún grupo famoso?, tenían que hacer los arreglos, sin duda alguna ella se encargaría de hacer esa fiesta la más épica del año.
En menos de una semana de lo único que se hablaba en Konoha Gakuen era de la fiesta de cumpleaños del sex simbol del instituto y nadie quería perder la oportunidad de ir. Por eso y faltando solo 3 días para el dichoso evento Sakura y Naruto eran constantemente asediados por los pobres diablos que aún no tenían invitación. La muchacha estaba encantada de recibir toda esa clase de atenciones, pero para el rubio era sin lugar a dudas un fastidio. No lo dejaban caminar por la escuela tranquilo, no podía hacer deportes sin recibir miles de pedidos, ni siquiera ir al baño podía tranquilo, incluso le estaba molestando que lo interrumpieran cuando estaba en clases, ¡a él! Uzumaki Naruto, eso ya era el colmo.
Era 22 de julio y la suerte ya estaba echada, sin embargo los rezagados no podían rendirse y como una multitud con antorchas y trinchos buscaban al rubio por toda la escuela.
– ¡Me parecio verlo correr hacia allá! – señaló uno de los tantos que perseguían al Uzumaki, mientras unos ojos azules veían alejarse a la multitud.
– ¿Qué diablos haces aquí? – la voz de Sasuke sobresaltó al rubio y se giro abrupto, encontrándose al azabache con un libro entre las manos.
– Estudio ¿qué más? – pero la respuesta no convenció a su amigo, después de todo los cerdos volaran por el cielo y él se teñirá el cabello rosa como Sakura cuando Naruto tomase un libro por voluntad propia.
– Ya veo – camino hasta la entrada a la biblioteca y giro la perilla – entonces no te importará que grite “ Naruto Uzumaki esta en la biblioteca” – el rostro canela se puso azul de pronto.
– ¡No te atreverias! – hablo intentando convencerse a sí mismo que Sasuke no sería tan bastardo, ¿pero qué diablos estaba pensando?, claro que era un malnacido – !Espera! – exclamó ahora suplicante – no lo hagas.
El azabache no pudo ocultar la sonrisa autosuficiente que a Naruto tanto le cabreaba – ¿qué me darás a cambio?.
– ¿qué acaso la super fiesta que te organizamos junto a Sakura-chan no es suficiente?
Sasuke se giró nuevamente hacia la puerta y llenó sus pulmones de aire preparado para gritar – !de acuerdo! !de acuerdo! – lo detuvo antes de que hiciera algo que después lamentase – dime que quieres.
– Eso tienes que pensarlo tú, usuratonkachi, no puedo darte todas las respuestas – se encamino hasta una mesa aislada del resto de la biblioteca y el rubio lo siguió.
– ¿No tienes una fiesta que organizar? – pregunto alzando una ceja, “la ceja”.
– Sakura-chan me prohibió ir a ayudar, dijo algo sobre no repetir lo que pasó en la fiesta de Kiba – El rubio hizo un puchero y por la frente de Sasuke una gota corrió.
– Eres un torpe – complementó los recuerdos de aquella fiesta y de cómo celebraron el cumpleaños a kiba en la sala de emergencias del hospital.
– !A cualquiera le puede pasar! – No realmente. Sasuke se sentó en silencio a leer el libro que tenía entre sus manos y el rubio frente a él apoyó sus brazos sobre la mesa y dejó descansar su cabeza sobre ellos.
Naruto no se percató en qué momento se quedó dormido, sólo se dió cuenta de éste hecho cuando su celular empezó a sonar, se levantó perezosamente y contesto la llamada.
– ¿bueno? – preguntó bostezando y viendo de frente al azabache que aún se encontraba enfrascado en el libro.
– ¡¿Donde diablos estas?! – el regaño de Sakura espanto cualquier rastro de sueño de su joven cuerpo.
– Estoy con el teme – dijo de pronto en un arranque de genialidad, siempre que nombraba a su amigo, la cólera de la joven se desvanecía
– bueno pues vengan pronto, !solo faltan ustedes! – y la llamada se cortó. Naruto vio la hora y próximamente serían las 9 de la noche. ¿Cuánto tiempo se quedó dormido? y lo más importante, ¿cómo es que los habían dejado hasta tan tarde?
– Oye teme, vamos – sasuke dejó de lado el libro y se puso de pie caminando a la salida de la biblioteca. Naruto aun viendo algo desorientado hacia todos lados, no creyendo que fuera tan tarde lo siguió automáticamente, pero vio como el azabache dejaba en la basura una caja de jugo. De pronto se percató que en su boca tenía un ligero sabor a naranja. Quizás era solo su imaginación.
– Oye Sasuke – el otro no se giró, pero si le estaba prestando atención – ¿cómo es que no nos echaron de aquí? – ya estaban a las afueras del instituto y de camino a la fiesta, a la casa de Sasuke.
– El vigilante me dio una copia de las llaves – hablo hacia adelante despreocupado.
– ¿y por qué no me despertaste? – esto si que intrigaba al rubio, porque como presidente del estudiantado era de esperar que Sasuke tuviera ciertas regalías.
El otro permaneció en completo silencio – quería seguir leyendo – respondió escueto y las palabras del azabache dejaron disconforme al rubio.
Ya fuera de la casa de Sasuke el lugar estaba repleto de autos estacionados – menos mal tus padres están en un viaje de negocios – las palabras de Naruto nunca habían sido tan exactas con respecto a lo que pasaba por la mente del moreno. La música hacía imposible escuchar lo que cualquiera le dijera, pero ambos asumieron que los que se acercaban a Sasuke le deseaban un feliz cumpleaños. ¿Qué otra cosa si no?
De pronto Naruto divisó una cabellera larga y oscura, se acercó a hablarle – Hinata-chan, ¿has visto a Sakura-chan? – la muchacha como siempre se sonrojo ante la cercanía del rubio y negó con la cabeza – Gracias de todas formas – se giró hacia su amigo, pero este se hallaba subiendo las escaleras hasta su habitación en el segundo piso. Cuando bajó nuevamente, ya no vestía el uniforme.
Cuando fueron las 2 de la mañana la fiesta estaba en todo su apogeo, podían decir que hasta sus vecinos estaban allí, porque, que aún nadie llamase a la policía por el desorden era de extrañar. De pronto la puerta de la entrada se azotó y dejó entre ver a un joven de aproximados 24 años y cabello azabache entrar con un grupo de amigos.
– ¡Ototo! – se notaba que ya venía medianamente ebrio – ¿por qué no me dijiste que harías una fiesta?
Se colgó del cuello de su hermano y el otro en un intento por zafarse de su agarre empezó a caminar por la casa arrastrando al mayor por donde pasaba.
Sin duda la llegada de Itachi y su grupo de amigos encendieron la fiesta.
Cuando eran las 6 de la mañana, fue que los primeros desertores se encaminaron a sus respectivas casas. Sin duda alguna hablarían de la fiesta por semanas. Porque ¿qué no había pasado en aquel lugar? Sakura y Naruto deberían preocuparse en como sacar el auto de Neji Hyuga de la piscina, pero bueno, para eso esta el mañana.
– Los quiero muchachos – Sakura se encontraba abrazada de sus mejores amigos en un estado lamentable – pero ¡me enojan!
– ¿Por qué dices eso Sakura-chan? – le dijo risueño Naruto – nosotros te hacemos la vida feliz, ¿no es verdad teme?
– Claro que sí, claro que si – empezó a reir tontamente el azabache – después de todo eres un payaso dobe – la carcajada de Sasuke no se hizo esperar.
Ninguno de los tres había bebido tanto antes. En unas pocas horas la resaca que les vendria seria la mas fuerte experimentada alguna vez.
– ¡Naruto! – llamó la muchacha haciendo que acercarse su oído – deberías confesar – de pronto un momento de lucidez invadió al rubio y sonrojado por la vergüenza en vez del alcohol negó con la cabeza – ¡no me contradigas, tonto! – pero antes que pudiera seguir hablando, el rostro de la joven perdió cualquier color y vomitó sobre su amigo rubio.
Lo siguiente fue llevarla al cuarto de baño y localizarla frente al retrete. Naruto le hacia cariño en la espalda intentando hacer más confortable el mal momento que su amiga pasaba, cuando de pronto la puerta del baño se abrió. Sasuke ingresó cerrando la puerta tras de sí y le extendió ropa al rubio. Éste le miró interrogante.
– Cambiate por esto.
– Tienes razón – se puso de pie cuidando no perturbar a su amiga que ahora dormía abrazada a la taza y se sacó la camisa del instituto – mamá me va a matar – dijo lamentándose de su suerte. Extrañado vio como el otro extendía su mano.
– Damela – el rubio obedeció y vio como su amigo le daba la espalda y lavaba la camisa en el lavabo. Naruto podía ver el normalmente pálido rostro de sasuke a través del espejo, su mirada estaba gacha enfocada en el agua que corría y sus mejillas ligeramente sonrojadas por el alcohol.
Naruto aun no se ponía la polera que Sasuke le había entregado, cuando se dió cuenta que su pantalón también estaba sucio – ¡maldición! – exclamó y desabrocho el cinturón y bajó el cierre, se sacó la prenda, quedando únicamente en boxers (calzoncillos, interiores, etc).
Levantó la mirada y se encontró en el espejo con la mirada de Sasuke fija en él. El ser descubierto alarmo un poco al azabache y bajo su rostro nuevamente a su labor.
– ¿Puedo hacerte una pregunta? – camino lentamente hasta quedar a escasos centímetros de la espalda de Sasuke.
– ¿Acaso no es ésa una pregunta? –intento sonar indiferente, pero el sonrojo de su rostro lo hacía una tarea prácticamente imposible.
Naruto extendió su mano entregando el pantalón, rozando con su antebrazo el brazo izquierdo del azabache y haciendo casi nula la distancia entre sus cuerpos.
Sasuke podía sentir el cuerpo semidesnudo de Naruto pegado a su espalda, a sus glúteos, su pierna izquierda rozando la entrepierna del otro, su aliento chocando contra su oreja. De pronto su boca se secó.
– ¿De qué sabor era el jugo que tomaste hoy? – la pregunta descolocó a Sasuke y miró extrañado por el espejo al rostro de su amigo.
– ¿Por qué lo preguntas? – Sasuke no podía despegar sus ojos del rostro sonrojado de Naruto.
– Porque cuando desperté hoy, tenía un sabor a naranja en la boca – las palabras de Naruto fueron tan directas que Sasuke no tuvo tiempo de esconder o disimular el sonrojo furioso que ahora adornaba la totalidad de su rostro y concentró toda su atención en el agua que corría en el lavamanos.
Estaba tan avergonzado que ni siquiera, cuando Naruto apoyó su cabeza en su hombro, pudo levantar la vista, sólo podía escuchar sus latidos acelerados.
– Sasuke, sabes – hizo una pausa como dándose valor – voy a decir algo que si quieres, después podemos olvidar – pero no pudo continuar porque el otro lo empujó contra la pared fría de cerámica del baño besandolo intempestivamente.
– Si tu quieres también puedes olvidar esto – dijo el azabache volviendo a acortar la distancia entre sus bocas.
Sus besos jadeantes, húmedos y desesperados iban acompañados de manos ávidas y curiosas, que se paseaban salvajes por todo el cuerpo del otro. Sentir los músculos de los hombros, de los brazos, la cintura, la espalda, los glúteos. Sin duda era algo que añoraban desde hace tiempo.
De pronto la ropa de Sasuke empezaba a estorbar y como si se leyeran la mente ambos se apresuraron en desvestir al que aún tenía ropa puesta. Ahora estaban en igualdad de condicion, solo con ropa interior, pero la ropa apretada y húmeda nada dejaba a la imaginación. Se separaron un momento y aprovecharon de mirar la condición del otro, solo para confirmar que ambos estaban deseosos, anhelantes del calor, del sudor y de los besos del otro.
Se volvieron a besar y la saliva escurría entre la comisura de sus labios, y sus manos ahora se concentraban en un solo punto. Un punto caliente y palpitante. Listos para llevar todo al siguiente nivel.
– La mejor fiesta – Las palabras de Sakura los hicieron caer en cuenta del lugar en el que estaban. ¿Acaso habían olvidado que su amiga de infancia se encontraba en la misma habitación donde ellos estaban a punto de…? ustedes ya saben.
Sasuke se separo de Naruto y se apoyó en la pared contraria, temblando por el frío de la cerámica – Creo que deberíamos llevarla a mi habitación – sus palabras sonaban sensatas, pero ¡diablos!, Naruto no quería parar.
– Si, tienes razón – se agacho para tomar la ropa del suelo y le extendió la mano a Sasuke entregando la suya. Ambos se vistieron en silencio, tomaron a Sakura de los brazos pasandolos por sobre sus hombros y salieron del baño.
Recostaron a su amiga en la cama de Sasuke y vieron a través de la ventana como el sol salía por el horizonte.
– Feliz cumpleaños teme – Sasuke miro a Naruto que estaba parado unos metros más allá y le dedicó una sonrisa sincera.
– Traeré café – dijo poniendo sus manos en los bolsillos y dejando al rubio en su habitación. Al momento de llegar a la cocina pudo ver a su hermano tirado en el suelo junto con otros 3 sujetos que en su vida había visto, más allá Kiba sobre Shino, sobre Lee, sobre… ¡¿acaso ese era Kakashi-sensei?! Decidió que lo mejor sería no pensar en ello. La casa era un desastre y si la cocina estaba asi, no queria ni pensar como estaria la sala. Sacó dos tazas y las llenó de café, pero a una le puso tres cucharadas de azúcar.
– Tampoco puedo decir que lo he pasado mal – hizo una mueca de sonrisa y pensó en que faltaban 2 meses y 17 días para la próxima fiesta de cumpleaños, aunque ¿quién está contando?
Empezó a subir por las escaleras y se percató de algo obvio.
Si Itachi esta inconsciente en la cocina, eso quiere decir que su habitación esta vacía. Una mueca muy diferente se dibujó en el rostro de Sasuke, no tendría que esperar tanto tiempo para disfrutar del regalo de cumpleaños que Naruto le tenía pensado dar.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario